miércoles, 17 de julio de 2013

Masculino.Masculino, (EMBlog)







Masculino/Masculino                                                                                           El museo de Orsay en París, prepara una exposición para el próximo otoño sobre la representación del desnudo masculino en el arte desde 1800 a la actualidad. No es habitual que esta temática se trate en los museos, pues frecuentemente es la apariencia femenina desnuda, lo venusiano, aquello que ocupa las monografías de la historia del arte.                                                       El antecedente en este tipo de tratamiento del hombre en el arte, se encuentra en la monográfica que el museo Leopold de Viena, presentó en otoño invierno del 2012, bajo el título “Nude men from 1800 to the present day”.                                                                                                                                                     No es baladí referir estas muestras en este momento del sistema de la moda. Pues la cultura del aspecto ha evolucionado en las últimas décadas desde la apariencia vestida a la apariencia desnuda. La moda últimamente, impone desde la calle, el gusto por exhibir el cuerpo atlético de las hordas de aficionados al deporte que pueblan los países desarrollados en la actualidad.   La cultura del gimnasio, del triatleta y del alfa man, que tiene en la década de los cuarenta años lo que llaman los nuevos treinta años, ha hecho cambiar el aspecto del hombre. Convirtiéndolo en más Hercúleo y sportivo que en el siglo XX, invitando a la exhibición de la carne trémula en la calle.                                                                                                                                                      La moda en la mujer, se ha concentrado notablemente, como explicaban Dolce&Gabanna en una entrevista reciente en Finantial Times, en tener un bolso de marca. La moda en el hombre, se dirige hacia tener una constitución física muscular o atlética, pero siempre en la tónica del aspecto saludable y exhibible.                                                                                                              Los tatuajes, los piercings, las depilaciones, el moreno, las manicuras, los cortes de pelo, las barbas, bigotes, operaciones de estética, operaciones de plástica y tratamientos de belleza de piel y cabello, son el máximo exponente de la moda en la actualidad.                                                                                     Si la modernidad y diversificación llegó al mundo de la moda desde las casas de costura hacia el perfume, un ente abstracto ligado en un imaginario ideal a una maison de mode. Ahora avanza en abstracción y hace que la moda se evada de lo textil y se adentre en lo carnal.                                                                        Tanto el hombre como la mujer, disfrutan de las fantasías creadas por las publicidades de moda, que proponen siluetas perfectas, pieles impolutas y rangos de edad sacados de contexto, a través de la moda en desnudez. O de la moda con patrones hiperfemeninos o hipermasculinos, que necesitan de una estructura corporal perfecta para ser factibles.                                                                   No es ya una cuestión superficial de tallas pequeñas, sino de aspecto desnudo de hercúlea belleza o venusiana idealidad.      Los intelectuales dedican ahora pues, sus esfuerzos a teorizar sobre el desnudo, especialmente el novum del desnudo masculino. Un tour de force de la cultura hipermoderna por relacionar la moda y las artes plásticas. Integrar  las artes aplicadas y el arte. El desnudo masculino es la moda, es el arte.                                                   Román Padín Otero       


martes, 2 de julio de 2013

David Bowie, mitología, ECG 2.7.13





David Bowie, mitología                                                                                      El museo Victoria&Albert de Londres, dedica una exposición monográfica a David Bowie. El performer que ha reinventado su personalidad en innumerables ocasiones a lo largo de cinco décadas. Cada renacimiento del héroe musical y escénico que es David Bowie, ha llevado siempre aparejado una nueva apariencia. La careta del artista, cambió en ocasiones sin fin, externalizando la personalidad del creador a la del personaje ad hoc.                                                                                                           La muestra londinense se titula “David Bowie is”, frase que bien podría hacer referencia al pintor surrealista René Magritte, quien retratando una pipa, escribía en el pie de página “esto no es una pipa”. Bowie es quien no es, siendo ninguno y todos los personajes que representa.                                                                        Su primer alter ego, Ziggi Stardust, es un andrógino rey del glam, que entonaba con voz desgarrada rotundos himnos de desamor urbano. Tan grande fue el personaje, que David Bowie, hubo de matarlo para acabar con él. La ropa de Fredie Burretti, completaba el ideal de extrañeza que encarnaba el hombre de polvo de estrella.                                                                                                   En la edición del disco y del tour Aladdin Sane, la ropa de Kansai Yamamoto, acercó al cantante a la vanguardia de la moda. A partir de ese momento, la moda no sería nada sin David Bowie. En una antesala del look purista y minimal del Hedi Slimane del siglo XXI, en la película “The man who fell to earth” y en el disco “Heroes”, David Bowie, se hace camaleón, duque blanco y lleva traje sastre con el pelo rubio engominado como luego habría aparecer en el film “El ansia”, junto a Catherine Deneuve.           Se hizo clown en “Ashes to ashes”, boxeador en “Let´s Dance”en los años ochenta y abanderado inglés vestido por Alexander Mcqueen, en el siglo XXI.                                                                   Como en una suerte de Metamorfosis de Ovidio, el mito David Bowie, se transforma en múltiples seres vivos, dando siempre la permanencia de halo metafísico, inalcanzable, divino, a su entidad. Esas características son las propias de un mito. Aquel que desafía al tiempo y a la carne, para entrar en el Walhalla de los dioses y observar a la humanidad. La apariencia vestida, la moda, la desnudez advierten toda la diversidad del aspecto en David Bowie. De ceniza a ceniza, siendo un ave fénix.

Román Padín Otero