Palma Brunch 2013. Blind Date
En todas las
ciudades importantes se celebran eventos para destacar el arte contemporàneo.
Basilea y Miami comparten "artbasel". Paris tiene Fiac. Londres
convoca Frieze...en todas ellas se combinan durante estos eventos, la creaciòn actual, con las visitas
turísticas, la gastronomía y las compras.
Es perfecto
para la escena cultural, turística y comercial de Palma de Mallorca, que se
reúna la sociedad civil en torno a una cita como Palma Brunch. Pues combina un
lúdico paseo por el centro de la ciudad, con los encuentros con amigos y
conocidos, la escena expositiva y eventualmente una visita a lugares de diseño
y moda.
El arte
contemporáneo recoge la pulsiòn del siglo XXI. Un siglo en el que turismo,
cultura y moda, avanzan en intertextualidad sobre el camino de la modernidad.
Creo que debemos felicitarnos y espolear Palma Brunch. Arte y cosmópolis de la
mano para disfrutar de la ciudad. Yo apoyaría un brunch cada trimestre!!!
En esta
edición, toda la oferta expositiva del Palma Brunch, ha sido extraordinaria.
Destacaría el sublime minimalismo de la colectiva en la Galeria Louis XXI,
donde un sistema de esculturas sincopadas y piezas de pared ópticas llenaban el
espacio. El rigor de la muestra en Pelaires, con clásicos de vanguardia de
fines del siglo XX y XXI. En Horrach
Moyá, la audacia de los universos femeninos en escultura, dialogaba con la
densidad de universos masculinos en fotografía y pintura. La delicada presencia
del dibujo en Aba Art. Y los trampantojos superpuestos en la galería SKL. Otra gran dama del arte en Galería Maior.
Artistas residentes en La caja Blanca. Evidencia en Xavier Fiol galería y
Reverberación en Ferrán Cano.
También las
instituciones y museos de la ciudad se sumaron a la iniciativa. Y Es Baluard,
la Fundación Miró, el Caixaforum y el Casal Solleric, presentaban muestras ad
hoc.
Quizá
resulta un elemento de conexión del Brunch, la pieza propuesta en la fachada
del Casal Solleric, pues evidenciaba, más que ningún otro espacio, la
imbricación entre calle y sala de arte que lleva implícito un evento como un
almuerzo para celebrar el arte.
El comisario
mallorquín Tolo Cañellas, gestionó un espacio outdoor-indoor en el Casal Solleric,
para dedicarlo a instalaciones de arte, que inauguró en el Brunch, con una
pieza del artista cántabro Juan López. La vitrina del edificio en la fachada
del Paseo del Borne, sale al paso del viandante, del wanderer, golpeándole con
una pieza de arte del siglo XXI en plena calle. La
intervención de Juan López, “Blind”, es una irónica transliteración, en la que
la palabra se convierte en forma, jugando al doble significado de forma y
fondo. Las letras se cabalgan haciendo el juego semántico, se ciegan tapándose
unas a otras como en un baile de coreografía semiótica.
La ciudad
entendida como escaparate del arte y la vida, encuentra en las vitrinas de las
tiendas y edificios públicos desde Charles Baudelaire, un lugar emblemático de
los pasajes de la ciudad, el espacio donde acumular con delectación las
pequeñas obritas de colores para decorar los hogares modernos. La vitrina,
reinterpretada por Walter Benjamin, como espacio para acumular los objetos de
edición en producción industrial. La vitrina donde, en acepción de la “era del
vacío” de Gilles Lipovetsky, se convierte en alegato de la moda efímera y yerma.
Se transforma ahora, en lugar de la filosofía de la negación. De la llamada de
la minoría. Y del juego intelectual. También es minoría la parte de la ciudad
que visita las exposiciones y en un ejercicio voluntarista, llevar el arte a la
calle ciegamente, es un alarde de inteligencia y de celebración de la fiesta de
la sociedad civil. Entre arte y gastronomía, la vida sigue…e la nave va!!
Román Padín
Otero
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