Louis Kahn, el
poder de la arquitectura
Las grandes exposiciones retrospectivas son una de las
características de nuestra cultura del espectáculo del sigo XXI. Una manera de poner
en valor y divulgar, a creadores que por el paso del tiempo son olvidados por el
gran público. El arquitecto americano de
origen estonio Louis Kahn, es sujeto de una de estas grandes revisitaciones,
con una monográfica que recoge las ideas axiales de su universo creativo. La
muestra alojada en el Instituto Nacional de Arquitectura de los Países Bajos,
en Róterdam, cuenta con los fondos de los archivos de la universidad de
Pensilvania entorno al arquitecto, y tiene el respaldo del Vitra Design Museum
y de la fundación Swarovsky. El
análisis de la herencia creativa de Louis Kahn, lejos de caer en tópicos descriptivos
de la arquitectura sobre luz, sombra, espacio y utilidad, asimilable a todos los
grandes maestros, avanza por el camino de la crítica comparada, poniendo en
relación cada uno de los logros del arquitecto con sus fuentes de inspiración. Aúnque
la aparencia e imagen principal de sus obras está asentada en una evolución de
ritmo sincopado del estilo internacional,
con alzados modulares que se repiten dialogando con la luz y la sombra. Hay un
constante leitmotiv que dota de gran personalidad a Louis Kahn, tal es su interés por la monumentalidad. Entendida
esta como una suerte de naturaleza reinterpretativa de las clásicas
construciones de naturaleza defensiva. Acontece que una visita en el inicio de
su carrera a la ciudad de Carcasona, habría de servirlle de inspiración para
crear volumenes de corte infranqueable y aires antiguos. Igual que algunos
artistas toman la levedade del vidrio como fuente de inspiración, Louis Kahn
traduce en clave moderna la pesada forma de hacer monumentos del medievo. Otra fuente de inspiración es
la idea de la ruína. La ciudad de San Gimignano, con el conjunto de torres que
semejan antiguas columnas de un imposible templo de Salomón, son así mismo inspiración
para Louis Kahn. De modo que la dualidad de ornamento reticular y laudatio del
aire de las torres infinitas, sirve para concebir otros edificios en los que el
expresionismo se mezcla con el estilo internacional. No es solamente una
réplica de formas ornamentales, sino una mímesis de funciones de habitabilidad
de viejas estructuras con nuevos usos, lo que se alcanza. Las
dos ideas de monumentalidad y de la ruína tienen en las arquitecturas
visionarias de Ledoux y Boullée, afinidades electivas donde encontrar
antecedentes de proyectos y obras. La naturaleza del espacio público concebido
por los arquitectos visionarios, toma carta de reproducción en la idea que de la
ciudad tiene Louis Kahn. Formas geométricas, perspectivas lineales y soluciones
a gran tamaño, íncluso a veces de una audacia avant la lettre, son algunhas de
las peculiaridades de los visionarios que encontramos en Louis Kahn. La
arquitectura se torna propuesta intelectual y hace discurso no solamente sobre la
cualidad de los volúmenes, sino también sobre la función de la forma. Formas
que sirven para hacer ciudad en tamaño monumental. Y formas que sirven por otro
lado, para hacer interiores en tamaño pequeño. Aparece pues la función revisada
del interior y los juegos intelectuales
de función-forma en nuevos espacios que combinan estancias clásicas del hogar en
una programación antes de tiempo de un juego postmoderno. No en vano, Louis
Kahn, fue maestro entre otros de Robert Venturi, y con el, tambien se habría de
forjar la última iconoclastia del siglo XX, eñ “todo vale” postmodern.
Hay
en fin una afición aún, la de Louis Kahn por Piranesi. El grabador, teórico,
arquitecto y artista redondo que fue Piranesi, no solamente avanzó en la
creación de los souvernirs de la urbe de Roma, pintando y grabando sus
deliciosas veduttas. También creó una semiótica de la imagen y de la proporción,
donde el orden universal, el equilibrio entre cielo y tierra, aire y agua, y
fuego, aparecía predeterminado por un juego áureo de esferas sincronizadas para
la invención del espacio escénico de la arquitectura. Esta idea del ojo que
inventa espacios habitables desde el dramatismo de la imagen semiótica, aparece
también en la arquitectura de Louis Kahn, donde las perspectivas ante los
edificios son propias de un melodrama. Las separaciones entre construciones son
como accesos al proscenio. Y el diálogo entre interno y externo pasa por la
sonoridad del foso de una orquesta imaginaria.
Edificios como
cuerpos
El proyecto del Yale Universitiy art center, firmado por
Louis Kahn, tiene las características del estilo internacional, con materiales
técnicos de la época como vidrio y metal, y cuenta también con una estructura
formal cuadricular y sencilla. Se complementa con una nota de monumentalidad por
la fachada en cortina inmensa del conjunto arquitectónico. El Richards
Medical Research Lab, tiene una estructura que remite a la idea de ruína,
recreando las torres de San Gimigniano para concebir el espacio habitable e
inventar el entorno expresivo de la arquitectura. Son torres modernas que citan
torres medievales y crean una miniatura de skyline de gran urbe al mismo tiempo
que citan una arquitectura olvidada del pasado.
En fin el Salk Institute,
Kimbell Art Museum, toma todas las leccións de los arquitectos visionarios y las
ideas de Piranesi, de la plaza como escenografía, de la arquitectura como
bodegón, para crear un simulacro de escena con un juego de biombos como
edificios que tienen todo el poder de lo construído como ideal expresionista
dentro de un entorno racionalista. En
el conjunto de arquitectos de referencia internacional, Louis Kahn, tras esta exposición
en Róterdam, que viajará por outras ciudades europeas y americanas, tomará un
puesto de popularidad, llegando más allá de ser un autor para entendidos. El
gran público encontrará en el ecos no solo de los grandes maestres clásicos
mencionados. Sino también de Frank Lloyd Wright, de Le Corbusier y de Carlo
Scarpa. El ojo que mira al mundo desde la arquitectura intelectual.
Román Padín Otero
Louis Kahn, o poder da arquitectura
As grandes exposicións retrospectivas son unha das
características da nosa cultura do espectáculo do século XXI. Un xeito de poñer
en valor e divulgar, a creadores que polo paso do tempo son esquecidos para o
gran público. O arquitecto americano de orixe estonio Louis Kahn, é suxeito
dunha destas grandes revisitacións, cunha monográfica que recolle as ideas
axiais do seu universo creativo. A mostra aloxada no Instituto Nacional de
Arquitectura dos Países Baixos, en Róterdam, conta cos fondos dos arquivos da
universidade de Pensilvania entorno do arquitecto, e ten o respaldo do Vitra Design
Museum e da fundación Swarovsky. A
análise da herdanza creativa de Louis Kahn, lonxe de caer en tópicos descritivos
da arquitectura sobre luz, sombra, espazo e utilidade, asimilable a tódolos
grandes mestres, avanza polo eido da crítica comparada, poñendo en relación
cada un dos logros do arquitecto coas súas fontes de inspiración. Aínda
que a aparencia e imaxe principal das súas obras está asentada nunha evolución
de ritmo sincopado do estilo
internacional, con alzados modulares que se repiten dialogando coa luz e a
sombra. Hai un constante leitmotiv que dota de grande personalidade a Louis
Kahn, tal é o seu interese pola monumentalidade. Entendida esta como unha sorte
de natureza reinterpretativa das clásicas construcións de natureza defensiva.
Acontece que unha visita no inicio da súa carreira á cidade de Carcasona,
habería de servirlle de inspiración para crear volumes de corte infranqueable e
aires antigos. Igual que algúns artistas toman a levedade do vidro como fonte
de inspiración, Louis Kahn traduce en clave moderna a pesada forma de facer
monumentos do medievo. Outra fonte de inspiración é a idea da
ruína. A cidade de San Gimignano, co conxunto de torres que semellan antigas
columnas dun imposible templo de Salomón, son asemade inspiración para Louis
Kahn. Desta volta a dualidade de ornamento reticular e laudatio do aire das
torres infinitas, serve para concibir outros edificios nos que o expresionismo
mestura co estilo internacional. Non é soamente unha réplica de formas
ornamentais, máis unha mímese de funcións de habitabilidade de vellas
estruturas con novos usos, o que se alcanza. As
dúas ideas da monumentalidade e da ruína teñen nas arquitecturas visionarias de
Ledoux e Boullée, afinidades electivas onde atopar antecedentes de proxectos e
obras. A natureza do espazo público concibido polos arquitectos visionarios,
toma carta de reprodución na idea que da cidade ten Louis Kahn. Formas
xeométricas, perspectivas lineais e solucións a gran tamaño, mesmo ás veces
dunha audacia avant la lettre, son algunhas das peculiaridades dos visionarios
que atopamos en Louis Kahn. A arquitectura torna proposta intelectual e fai
discurso non soamente sobre a cualidade dos volumes, mais tamén sobre a función
da forma. Formas que serven para facer cidade en tamaño monumental. E formas
que serven doutra banda, para facer interiores en tamaño pequeno. Aparece logo
a función revisada do interior e os xogos intelectuais de función-forma en
novos espazos que combinan estancias clásicas do fogar nunha programación antes
de tempo dun xogo postmoderno. Non en vano, Louis Kahn, foi mestre entre outros
de Robert Venturi, logo con el, tamén se habería de forxar a derradeira
iconoclastia do século XX, o “todo vale” postmodern. Hai
en fin una afección aínda, a de Louis Kahn por Piranesi. O gravador, teórico,
arquitecto e artista redondo que foi Piranesi, non soamente avanzou na creación
dos souvernirs da urbe de Roma, pintando e gravando as súas deliciosas
veduttas. Tamén creou una semiótica da imaxe e da proporción, onde a orde
universal, o equilibrio entre ceo e terra, aire e auga, e fogo, aparecía
predeterminada por un xogo áureo de esferas sincronizadas para a invención do
espazo escénico da arquitectura. Esta idea do ollo que inventa espazos
habitables dende o dramatismo da imaxe semiótica, aparece tamén na arquitectura
de Louis Kahn, onde as perspectivas perante os edificios son propias dun melodrama.
As separacións entre construcións son como accesos ó proscenio. E o diálogo entre interno e externo pasa pola
sonoridade do foso dunha orquestra imaxinaria.
Edificios como
corpos
O proxecto do Yale Universitiy art center, asinado por
Louis Kahn, ten as características do estilo internacional, con materiais
técnicos da época como vidro e metal, e conta tamén cunha estrutura formal
cuadricular e sinxela. Compleméntase cunha nota de monumentalidade pola fachada
en cortina inmensa do conxunto arquitectónico.
O Richards Medical Research Lab, ten unha estrutura que remite á idea de
ruína, recreando as torres de San Gimigniano para concibir o espazo habitable e
inventar o entorno expresivo da arquitectura. Son torres modernas que citan
torres medievais e crean una miniatura de skyline de gran urbe ó mesmo tempo
que citan unha arquitectura esquecida do pasado.
En fin o Salk
Institute, Kimbell Art Museum, toma todas as leccións dos arquitectos visionarios
e as ideas de Piranesi, da praza como escenografía, da arquitectura como
bodegón, para crear un simulacro de escena con un xogo de para-ventos como
edificios que teñen todo o poder do construído como ideal expresionista dentro
dun entorno racionalista. No conxunto de
arquitectos de referencia internacional, Louis Kahn, tras esta exposición en
Róterdam, que viaxará por outras cidades europeas e americanas, tomará un posto
de popularidade, indo máis alá de ser un autor para entendidos. O gran público
atopará en el ecos non solo dos grandes mestres clásicos mencionados. Mais
tamén de Frank Lloyd Wright, de Le Corbusier e de Carlo Scarpa. O ollo que mira
o mundo dende a arquitectura intelectual.
Román Padín Otero
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