Superstars
La escena
cultural necesita de expresiones contundentes que sean tan rigurosas como agiotistas.
El carácter innovador del creador lleva implícita una actuación que sea cuando
no convulsiva, al menos sí reflexiva. No vale el balbuceo, ni la
interpretación, es necesaria la arriesgada actitud del que atrapa el deseo por
la cola y lo convierte en creación innovadora y aperturista de miras hacia
horizontes, de otro modo ignotos a la audiencia. Hay que se absolutamente
moderno, como afirmó Arthur Rimbaud, y para serlo no convienen ni ataduras de
escuelas, ni de autoridades. Sí conviene tener formación académica, además de
conocer la postproducción del sistema internacional del arte, la cultura y la
performance musical, en todas sus variantes. Es decir para ser una super
estrella del siglo XXI, hay que conocer la escuela y entender el manejo entre
autoridades, de otro modo será el creador, no una superestrella, sino una
estrelliña local. En la escena cultural española, hay dos personalidades que sí
saben entender la puesta en escena y el espectáculo con gran calidad y
naturaleza agitadora. Alaska y Mario Vaquerizo, no sólo son estrellas
televisivas recientes, sino que tienen una idea muy clara de la escena creativa
rock y siguen esa senda con éxito de público y crítica. Alaska, lleva varias
décadas formando parte de la esencia creativa española y desde que colabora con
Mario Vaquerizo ha sacado lo mejor que llevaba dentro de un estilo radical y
rompedor. En una de sus últimas incursiones artísticas han colaborado con otra
superestrella, la galerista matritense Topacio Fresh, en la expoción
“Superstars”, en la galería “La fresh gallery”. Un conjunto de fotografías instantáneas,
naturales polaroids, que recogen toda la fauna moderna de la escena pop-rock-disco
dance-arty creativa actual, retratados por Mario y Alaska. El resultado, que
cita a Andy Warhol, es impecable, por fresco, alegre, divertido, ausente de
pretensiones y cercano al público. Una superestrella lo es por mímesis con su
público. La superestrella ilumina el panorama artístico con luz cenital que lo
cubre todo e invita a advertir lo nunca visto antes. Topacio, Alaska, Mario y
las cosas claras. Arte en estado puro, no retórica amparada por las
instituciones públicas, sino arte a secas.
Román Padín
Otero
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