martes, 2 de julio de 2013

David Bowie, mitología, ECG 2.7.13





David Bowie, mitología                                                                                      El museo Victoria&Albert de Londres, dedica una exposición monográfica a David Bowie. El performer que ha reinventado su personalidad en innumerables ocasiones a lo largo de cinco décadas. Cada renacimiento del héroe musical y escénico que es David Bowie, ha llevado siempre aparejado una nueva apariencia. La careta del artista, cambió en ocasiones sin fin, externalizando la personalidad del creador a la del personaje ad hoc.                                                                                                           La muestra londinense se titula “David Bowie is”, frase que bien podría hacer referencia al pintor surrealista René Magritte, quien retratando una pipa, escribía en el pie de página “esto no es una pipa”. Bowie es quien no es, siendo ninguno y todos los personajes que representa.                                                                        Su primer alter ego, Ziggi Stardust, es un andrógino rey del glam, que entonaba con voz desgarrada rotundos himnos de desamor urbano. Tan grande fue el personaje, que David Bowie, hubo de matarlo para acabar con él. La ropa de Fredie Burretti, completaba el ideal de extrañeza que encarnaba el hombre de polvo de estrella.                                                                                                   En la edición del disco y del tour Aladdin Sane, la ropa de Kansai Yamamoto, acercó al cantante a la vanguardia de la moda. A partir de ese momento, la moda no sería nada sin David Bowie. En una antesala del look purista y minimal del Hedi Slimane del siglo XXI, en la película “The man who fell to earth” y en el disco “Heroes”, David Bowie, se hace camaleón, duque blanco y lleva traje sastre con el pelo rubio engominado como luego habría aparecer en el film “El ansia”, junto a Catherine Deneuve.           Se hizo clown en “Ashes to ashes”, boxeador en “Let´s Dance”en los años ochenta y abanderado inglés vestido por Alexander Mcqueen, en el siglo XXI.                                                                   Como en una suerte de Metamorfosis de Ovidio, el mito David Bowie, se transforma en múltiples seres vivos, dando siempre la permanencia de halo metafísico, inalcanzable, divino, a su entidad. Esas características son las propias de un mito. Aquel que desafía al tiempo y a la carne, para entrar en el Walhalla de los dioses y observar a la humanidad. La apariencia vestida, la moda, la desnudez advierten toda la diversidad del aspecto en David Bowie. De ceniza a ceniza, siendo un ave fénix.

Román Padín Otero  

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