David Bowie, mitología El museo
Victoria&Albert de Londres, dedica una exposición monográfica a David
Bowie. El performer que ha reinventado su personalidad en innumerables
ocasiones a lo largo de cinco décadas. Cada renacimiento del héroe musical y
escénico que es David Bowie, ha llevado siempre aparejado una nueva apariencia.
La careta del artista, cambió en ocasiones sin fin, externalizando la
personalidad del creador a la del personaje ad hoc.
La muestra londinense se titula “David Bowie is”, frase que bien podría
hacer referencia al pintor surrealista René Magritte, quien retratando una
pipa, escribía en el pie de página “esto no es una pipa”. Bowie es quien no es,
siendo ninguno y todos los personajes que representa.
Su primer
alter ego, Ziggi Stardust, es un andrógino rey del glam, que entonaba con voz
desgarrada rotundos himnos de desamor urbano. Tan grande fue el personaje, que
David Bowie, hubo de matarlo para acabar con él. La ropa de Fredie Burretti,
completaba el ideal de extrañeza que encarnaba el hombre de polvo de
estrella. En la edición del disco y del tour Aladdin Sane, la ropa de Kansai
Yamamoto, acercó al cantante a la vanguardia de la moda. A partir de ese
momento, la moda no sería nada sin David Bowie. En una antesala del look
purista y minimal del Hedi Slimane del siglo XXI, en la película “The man who
fell to earth” y en el disco “Heroes”, David Bowie, se hace camaleón, duque
blanco y lleva traje sastre con el pelo rubio engominado como luego habría
aparecer en el film “El ansia”, junto a Catherine Deneuve. Se hizo clown en “Ashes to ashes”,
boxeador en “Let´s Dance”en los años ochenta y abanderado inglés vestido por
Alexander Mcqueen, en el siglo XXI. Como
en una suerte de Metamorfosis de Ovidio, el mito David Bowie, se transforma en
múltiples seres vivos, dando siempre la permanencia de halo metafísico,
inalcanzable, divino, a su entidad. Esas características son las propias de un
mito. Aquel que desafía al tiempo y a la carne, para entrar en el Walhalla de
los dioses y observar a la humanidad. La apariencia vestida, la moda, la
desnudez advierten toda la diversidad del aspecto en David Bowie. De ceniza a
ceniza, siendo un ave fénix.
Román Padín
Otero
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