Dibujando una época El Casal Solleric de Palma de
Mallorca presenta una exposición con fondos de la colección del Museo ABC de
dibujo e ilustración, de Madrid. Se
trata de una profusa muestra del universo de lápiz, acuarela, papel y témpera
de Carlos Sáenz de Tejada. El dibujante, pintor e ilustrador español que
gracias a una de aquellas ayudas de la Junta de Ampliación de Estudios, fue
enviado a París, donde iniciaría una brillante carrera de toda una vida.
Colaborando con numerosas publicaciones como Fémina, Vogue, Harper´s Bazaar y
también realizó escenografías y carteles para ópera o danza. Sus colaboraciones
con el periódico ABC, comienzan también en la década de los treinta y con ellas
alcanza el diario un carácter internacional, que nunca antes se había conocido.
En
esa época la imagen del mundo y del estilo, se conocía a través de las
idealizaciones o sublimaciones que de las escenas cotidianas, de la moda y de
los figurines realizaban los ilustradores para los distintos medios. También
los fotógrafos creaban en esos años verdaderas escenas de arte para ambientar
la moda, siguiendo las corrientes más vanguardistas, desde el surrealismo con
Man Ray, hasta el déco de salón de Horst P. Horst. En
cuanto a los dibujantes, ocurría lo mismo, seguían las corrientes de las grandes escuelas artísticas
e incluso creaban ellos mismo una impronta personal y singular. Coetáneos son Federico Ribas
Montenegro, a quien se le atribuyó la invención de la mujer “ribas”. También en
la época encontramos a Rafael de Penagos, quien crea un estilo único. Y en ese
trío de ases, Carlos Sáenz de Tejada, crea un universo chic, fiel a los
figurines de la época y recreador de las actividades sociales de los buenos
ambientes de la época. El sport, el cocktail, el refrigerio, la cena de
etiqueta, las carreras y los salones de fumar, son algunos de los escenarios
que recrea en sus ilustraciones. Los dibujos seleccionados en esta
exposición recogen los años treinta, con mujeres de hombros anchos y caderas
rectas y echadas hacia delante. Los hombres esbeltos como deportistas y con el
pelo lleno de pomadas y brillos. Las modas de Schiaparelli, Chanel, Hermanas
Caillot, Patou, Heim, Worth, conviven en salones dibujados donde no existe nada
que no sea elegante y sofisticado. No se aprecia en los dibujos de Carlos Sáenz
de Tejada, la lucha encarnizada que existía entre Mademoiselle Chanel y Elsa Schiaparelli,
a quien Coco llamaba “la italiana”. Tampoco se ven los triunfos cubistas de los
años treinta, o las primeras ascensiones del nacional socialismo en Alemania.
Pero si se respira el ambiente del Boeuf Sur le Toit, el restaurante favorito
de Josephine Baker en Paris y de los surrealistas. O se escuchan los vidrios
llenos de cocktails del Chicote de Madrid. O se aprecia una sinfonía coral de
Francis Poulenc o unas canciones de Cole Porter. Es un retrato de una época con
lápiz y color. Del mismo modo que Schiap vistió a la época con su rosa chocante
(shocking pink), Carlos Sáez de Tejada, dibujó una época con su “lápiz chic”,
dibujando una época.
Román Padín
Otero
No hay comentarios:
Publicar un comentario