The artist is present
Se celebró
en Es Baluard, la presentación del film dedicado a la artista Marina Abramovic,
que lleva por título “The artist is present”. La película recoge una vida para
el arte, el arte de la vida, de la performer de origen yugoeslavo. Centrándose
el grueso del documental en la acción performativa que realizó la artista en el
MOMA de Nueva York, con motivo de su exposición retrospectiva en esta institución
durante la primavera de 2010. La
excelente calidad de la película, da acceso a la audiencia, de forma
divulgativa y clara, al profundamente poético y visceralmente inquietante
universo de la artista. El visionado de la grabación es en sí mismo una experiencia
iniciática tan sólida, que hizo que el aire de la sala de proyección del museo
se pudiera cortar con uno de los cuchillos de las performances de la artista,
pues nada alteraba la atención, casi hipnótica de los asistentes. Marina Abramovic, es en la actualidad una
gran dama del arte contemporáneo. Es inspiración para obras escénicas, como la
pieza de Robert Wilson, “The life and death of M.A.”. Participa en
escenificaciones teatrales, conferencias y eventos en todo el mundo. Y con el
mantenimiento en evolución de su universo estético durante décadas ha
trascendido a la historia del arte, creando una forma de dicción creacional
única, esencial e individualizada. Lo magnífico del film
es que se puede ver en el la progresión cronológica de su trabajo, desde las
más viscerales acciones de los años ochenta, pasando por su producción con el
artista, compañero y amigo Ulay, hasta su más divulgada etapa como perfomer
teatral y museable desde los últimos años ochenta. Al ver su universo en perspectiva y repasar
sus obras históricas interpretadas por jóvenes artistas de acción en la
exposición del MOMA, se toma realmente conciencia de la monumentalidad de su
trabajo. Además
la acción que ella pone a disposición de la audiencia en la muestra neoyorquina,
es un epílogo introspectivo y delicado, del equilibrio estético-emocional que
ha alcanzado en su vida dedicada al arte. Un estado de gracia que traslada al
público en un diálogo mudo que tiene lugar a través de una pieza de
conversación silente. En
la performance, ella observa sin desfallecer por tiempo ilimitado a una persona
del público con la que se sienta frente a frente. En el diálogo visual, se
genera un mundo individualizado, generoso y ex novo que es lo que constituye la
creación en sí. Una hipermoderna pieza de acción performativa, poética, efímera
y sin soporte físico para el recuerdo, más que el record pictográfico que de
ella se pueda tomar. Marina Abramovic, el film
para recordar el arte de hoy.
Román Padín
Otero
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