Visiones de China
Xim Llompart
expone en el espacio La parada de los Monstruos, de Palma de Mallorca, una
selección de su obra pictórica reciente. En la muestra se exhiben, en diversos
soportes y con juegos bidimensionales en ocasiones, varias series de las que
podríamos llamar “visiones hiper expresionistas de retratos, bodegones y
paisajes icónicos de la China del siglo XXI”. Una audaz y sincera, propuesta
iniciática del universo plástico de un joven brillante artista. Xim
Llompart es oriundo de las Islas Baleares y con formación generalista en el
ámbito de las humanidades, reside en la actualidad en China, desde donde
observa el entorno a través de su ojo de artista. Varios son los extremos
académicos y teoréticos que se pueden apreciar en su producción, desde el punto
de vista del observador curioso, o del que hace crítica comparada. Las
visiones de China, podrían ser tomadas como una anécdota de localización o ser
advertidas, como debe, en toda su amplitud. Hay todo un bagaje cultural de la
visión de culturas extrañas a través del viajero sofisticado. Los europeos
veían la cultura grecolatina desde el grand tour. Los viajeros románticos veían
la Alhambra desde las narraciones apócrifas de cuentos y leyendas orientalistas
y llenas de embrujo. Un francés como Merimé vio a la mujer española idealizada
en la Carmen, a quien Bizet puso voz y a quien vistió en no pocas ocasiones
Yves Saint Laurent. Aún, las imágenes más populares de Quijote y Sancho, son de
otros franceses como Gustave Doré y Honoré Daumier. Es decir, mucho se descubre
de las posibilidades estéticas de un lugar y una cultura, cuando lo observan
ojos neófitos de viajero apasionado. Este es el caso de Xim Llompart, que como
el grupo pop de los años ochenta Japan, nos ofrece “Visions of China”. En sus
cuadros aparecen memorias del chico joven miembro del partido, memorias de
uniformes, de aires que necesitan mascarilla, de juegos en las calles y de
personalidades arquetípicas de una China legendaria que despierta a la
modernidad. También la incursión del capitalismo en China, aparece con los
bodegones de McDonalds y el título de la muestra “Take away”. Esta forma literaria
de ver China sirve de leitmotiv a la muestra.
El expresionismo
figurativo es la forma en la que están realizadas las obras. Esa figuración que
expresa gestos y movimientos, psicología y fugacidad, se descubre como estilo
en la época de las vanguardias y se redescubre en los años ochenta en Alemania,
Estados Unidos e Italia con el neoexpresionismo de Baselitz, Basquiat y
Clemente, entre otros grandes artistas. Retomar el expresionismo hoy, obliga a
calificarlo, en los términos del filósofo Gilles Lipovetsky, siguiendo el aire
de los tiempos. Estamos en la hipermodernidad, después del modern y el
postmodern. Así que la figuración vibrante, colorista, rápida y llena de
pulsión de Xim Llompart, responde al hiperexpresionismo. No es sorpresa que un
brillante joven artista elija este lenguaje, para narrar visiones de un lugar
remoto, pues obedece al juego de la memoria involuntaria. Una forma de narrar
con imágenes que permite al libre albedrío crear con más vigor. Sí es sorpresa,
sin embargo, que lo haga con tanto virtuosismo y dominio de la ejecución. Es
deliciosa la inspiración, la ejecución y la visión. Igual
que Bruce Chatwin nos deleitó durante varias publicaciones con sus viajes y
gabinetes de curiosidades. Esperaremos que el creador Xim Llompart, nos siga
dando capítulos pictográficos de sus visiones del entorno con acentos de
viajero curioso y esteta sosegado. Román
Padín Otero (crítico
de arte independiente en El correo gallego, El faro de Vigo; profesor de
Análisis de Tendencias en Esdemga, (Facultad de Bellas Artes de Pontevedra);
licenciado en derecho; responsable de producto en las tiendas Cabot Centre de
Palma de Mallorca)
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