martes, 26 de junio de 2018

POSTMODERN MEN´S FASHION. EFÉMERO

REPORTAJE EN TVG SOBRE LA EXPOSICIÓN POSTMODERN MEN´S FASHION

Reportaje en tv sobre la exposición
                                                                                         
















EFéMERO 2018.
Ponente: Román Padín Otero
Doctor en Bellas Artes por la Universidad de Vigo, con la tesis “La articulación de la moda en el espacio museístico en el cambio de milenio”. Profesor en ESDEMGA, colaborador en prensa. Licenciado en derecho.
Ponencia: Postmodern Men´s Fashion.
La moda masculina es objeto de menos atención que la femenina. Las exposiciones y publicaciones dedican más espacio al vestido de la mujer pues resulta más complejo, vistoso y su tratamiento académico se apoya en el valor material de la alta costura. Frente a eso, el vestido de hombre ha sido evitado en los estudios, las muestras y en la iconografía, sobre la base de la austeridad del aspecto masculino y la “gran renuncia” de los caballeros a aderezarse desde el nuevo régimen. El final del siglo XX y el inicio del siglo XXI, han visto el despertar y asentamiento de la complejidad y vistosidad en la ropa de hombre, gracias a una tendencia socio cultural liderada por los movimientos musicales, que encontró apoyo teórico en el postmodernismo.  
En la década de los años 1960 se inició una revolución progresiva en la ropa del hombre, ampliando las posibilidades, formas, colores, estilos en el vestuario masculino. La bella silueta italiana, unos trajes más estrechos, estilizados fue retomada por Hardy Amies quien exportó desde el Reino Unido a Estados Unidos trajes de confección para caballero con innovaciones como ventilación en la espalda, cintura marcada y dos botones. El modisto francés Pierre Cardin, aportó la moda futurista, inspirada en el alunizaje del hombre. Una estética que se combinó con el estilo mod,  el aspecto que llevaban los Beatles. La moda de Carnaby Street fue la siguiente novedad, con las creaciones de John Stephen. Trajes de satén, pana, terciopelo, pantalones de talle alto o bajo, camisas de flores, corbatas de colores y gorras beatle crearon el London look. Tiendas de Carnaby Strret, Picadilly, King´s Road, Dover Street, vestían una nueva élite con estilo paquistaní/indio de jet set hippie. Tommy Nutter creaba nueva sastrería en Savile Row, con clientes como Mick y Bianca Jagger, Twiggy, The Beatles.  El final de los 1960, destacó una moda ecléctica, étnica, exótica, combinando invenciones caseras y antiguallas. Era la imagen de la cultura liberal de esa década, con viajes a oriente, drogas, hedonismo que desembocó en una beligerancia social frente a la guerra de Vietnam. De aquel estilo de color en la moda hippie se pasó a otro color en la moda glam-rock con David Bowie y Marc Bohan en los años 1970.  En el final de la década Giorgio Armani deconstruye las chaquetas y la silueta, tal y como se ve en American Gigolo. El traje blanco se recupera con un recuerdo a los años 1920 del Gran Gatsby en la película Saturday Night Fever. Y el White Duke de Bowie. La imagen futurista de los años 1980 con evocaciones a los años 1940 de amplias hombreras se encontó en Blade runner en 1982. Y las siluetas trapezoidales de los modistos del prêt-à-porter de lujo parisino Thierry Mugler, Claude Montana, Jean Paul Gaultier, Azzedine Alaïa. El glam rock había aportado plataformas, estampados de serpiente y glitter, luego el punk fue el que llevó el espíritu social de la calle a la moda. Malcolm Mclaren y Vivienne Westwood en su tienda de King´s Road, World´s End, llenaron las camisetas de frases provocativas, referencias políticas, sexuales y aún masoquistas en ocasiones, los pantalones de imperdibles y las chaquetas adornadas con pintadas y banderas. La colección Pirate de Vivienne Westwood 1981-1982, abrió el camino a otro atavío musical, el de los nuevos románticos. Luego los góticos, break dancers, hip hop look, grunge con Kurt Cobain de Nirvana,  abrieron las posibilidades a otros modos de hombre. La influencia de revistas como I-D, The Face, Blitz, Arena fue decisiva en la década de 1980 y el trabajo del estilista cobró importancia en una época de combinaciones de todas las épocas para el vestido del hombre. Ray Petri y Simon Foxton fueron dos de los más notables creando apariencias transversales. Los grandes diseñadores hacen aparición en los años 1980, Ralph Lauren con su estilo Ivy League, Calvin Klein con el cuerpo y la ropa interior en anuncios de jeans, Giorgio Armani y la deconstrucción. En 1984-85 Jean Paul Gaultier traspasa fronteras de género e identidad con la colección Et Dieu créa l´homme en la que presenta faldas para señores. Otra iconoclastia procedió de los diseñadores japoneses en esa época Issey Miyake, Rei Kawakubo, Yohji Yamamoto, presentaban siluetas bidimensionales, de color negro, con descosidos, rotos, fluidez y otra belleza wabi-sabi. Al tiempo surge el diseñador procedente de las escuelas de moda con fuerza, el grupo de los 6 de Amberes (Dirk Bikkermbergs, Ann Demeulemeester, Walter van Beirendonck, Marina Yee, Dirk van Saene, Dries van Noten), incorporan un nuevo ideal de hombre. Antes Martin Margiela crea un nuevo tipo de diseñador ausente, provocador y con interés por el reciclado. Después Raf Simons crea la nueva silueta alargada y pálida de joven europeo frente a los cuerpos atléticos norteamericanos. En Londres Andreas Kronthaler diseña MAN para Vivienne Westwood. En Paris Hedi Slimane profundiza en la silueta estilizada, Jil Sander en el minimalismo junto a Helmut Lang. Tom Ford usa el sexo para diseñar y vender, Paul Smith reinterpreta con colores el sastre inglés desde Londres. Surge la moda de España notablemente con Adolfo Domínguez, Sybilla, Jesús del Pozo, el joyero Joaquín Berao. Se produce la invasión de diseñadores anglosajones en Paris (Galliano, McQueen, Ford) y una nueva etapa con el siglo XXI en la que las grandes corporaciones del lujo rivalizan en audacia frente al ingenio con personalidad de las pequeñas empresas.  Se relanzan las viejas casa de alta costura con fuertes colecciones de pêt-à-porter de mujer y hombre. Ricardo Tisci al frente de Givenchy en 2010 crea la revolución de hip hop, sports, urban, falda, pantalón.  Tom Ford insiste en el porn chic. Neil Barret en Prada crea un hombre esencial.  En 2010 se relanza la sastrería tradicional con un giro, incidiendo en la napolitana frente a la inglesa, extremando la inglesa frente a otras y desarrollando un negocio mundial de moda de hombre con Blazer, americana, traje, chaqueta, muy guiado por la influencia del elegante Lapo Elkann desde las páginas de L´Uomo Vogue en abril de 2012  En el lado opuesto diseñadores de vanguardia como Rick Owens, comienza a generar su cohorte de fieles seguidores y a marcar los aspectos más extremos. Del mismo modo que Thom Browne crea un look de colegial extremo en su sastrería. Christophe Decarnin relanza Balmain y sus siluetas de vértigo. Stefano Pilati en Zegna hace sofisticación. Y sobre todos ellos se mantienen con cierta constancia Versace y Dolce&Gabanna. En 2015 se produjo una sobrevenida moda del telón de acero con Demna Gvasalia, Gosha Rubchinskiy, con un estilo de nuevo clochard y de relectura de ropa del pasado. Otras vanguardias como la de Craig Green, Afterhomework Paris, Virgil Abloh, representan el hombre poliédrico del 2018 en adelante, manifiestamente con la revolución del todo vale de Alessandro Michele al frente de Gucci desde 2015.
Las más recientes forma de vestir del hombre es, moda ecléctica que abarca desde nueva sastrería, a moda de vanguardia, siluetas transversales de grandes cadenas de ropa económica (silueta gallo), cierta tendencia a la ideología en cuestión de sostenibilidad (de materiales, reciclaje, circularidad del diseño, orígenes ciertos, derechos humanos), cierta presencia del no-género, carrusel de siluetas sartoriales desde lo amplio a los ajustado, carrusel de siluetas de ropa deportiva urbana desde lo retro a lo futurista.         
Román Padín Otero


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